Me respiro la falta de tu aire,
la ausencia encerrada en la habitación
y el humo del jueves pasado;
toco una articulación y me doy cuenta que sigo en escena,
en la plana ausencia del mapa que explica las cosas,
en el hueco de vida que invado y que pudo ser otro
porque todos somos papeles en blanco,
voy fijando la vista en los frutos que comes,
voy comiéndolos yo
mientras sueño dormido en la cama
que está hecha a medida de un cuerpo distinto,
prados, bosques, montes, ríos,
todo parece que viva conmigo
sin que nada me quepa en las lindes,
toco yo lo que se toca,
veo yo lo que se mueve,
y avanzo con el suave tambaleo que otorga una cierta elegancia
por no ser de nada ni nadie;
amar no está en ningún punto,
flota frío
en el hueco vacío
que existe entre ambos,
y eyacula en el espacio que jamás une las líneas que se llaman como tú,
ni la mía,
ni la tuya;
paralela es la muerte
porque para ser, necesita de otra;
y vida el deseo de amar
en la eterna distancia que nunca se toca.